sábado, 23 de julio de 2016

Capítulo 2 El CARACAZO

LA UNIDAD TACTICA DE COMBATE SIMON BOLIVAR. UN COMANDO QUE DURO TRES AÑOS Y MEDIO.

VIVENCIAS DE UN INFANTE DE MARINA
Capítulo 2
El CARACAZO

Como dije en el primer capítulo, después de un turbulento año y medio de cumplir las obligaciones propias de toda unidad de la Infantería de Marina, además de las otras asignadas en la frontera sur del país, comenzamos a trabajar en equipo y unidad de comando.


Indiscutiblemente que la rutina absorbe aunque de vez en cuando aparecían misiones esporádicas. Una de ellas fue en diciembre del año 1988 cuando estábamos de permiso navideño fuimos informados de unos derrumbes por las lluvias en el área del Litoral guaireño y hubo que llevar damnificados a los galpones de la almacenadora Caracas y se le ordeno al Comando de la Infantería de Marina el apoyo de seguridad y alimentación al personal allí recluido. Por supuesto, la unidad a la que le asignaron la comisión fue a mi unidad táctica. Éramos el brazo derecho del COMIM.

Envié al segundo comandante para que efectuara un reconocimiento y estableciera que se necesitaba para cumplir las tareas asignadas.

Procedimos a buscar algún área para establecer el depósito de alimentos, área de baños, dormitorios, zona de enfermería y organizarnos para establecer reglas que tendríamos que indicar a las familias allí ubicadas. Esas personas solo llevaban lo poco que habían salvado. Gracias al apoyo de la Dirección de Suministro de la Armada se contó con los alimentos necesarios y con una cocina de campaña se procedió a confeccionar las tres comidas diarias. Cada dos días iba el médico de la unidad a pasar revista y había que poner un horario para levantarse y dormir a todo el personal. También se presentaba el problema de los naturales casos de indisciplina propios de gente que no estaba acostumbrada a la disciplina militar. De noche se presentaban casos de gente que se salía de la zona, que querían andar a su libre albedrio, teníamos que tener cuidado con los niños que las madres dejaban solos o evitar cualquier violación que pudiera ocurrir.

En fin, toda una situación que había que manejar con mucho cuidado para evitar que se nos saliera de las manos. Como es lógico, después de varias semanas, mis oficiales empezaron a quejarse que las personas refugiadas no querían hacer aseo a los baños que ellos mismos usaban, ya querían exigir mejores comidas, no querían controles, no limpiaban sus propias áreas donde dormían. En fin, querían hacer lo que les diera la gana. El asunto fue que me dirigí al Comandante de la Infantería de Marina y le sugerí que nos fuéramos y dejáramos el refugio en manos del Alcalde de Vargas. COMIM llamo al Alcalde y le dijo que en 72 horas retiraría la cocina y el personal militar y que ellos deberían asumir la alimentación y seguridad de esas personas. Pasaron las 72 horas y nadie se presentó a tomar responsabilidad del área de refugio.

Procedí a retirar a mis efectivos militares y se produjo el caos. La gente tranco la calle y pidió que la Alcaldía se presentara en el sitio. El Alcalde exigió que nos quedáramos unos días más y COMIM le dijo que negativo, que le habíamos advertido 72 horas antes que nos retiraríamos del sitio.

El Alcalde se tuvo que poner a correr para apoyar a los damnificados de la Almacenadora Caracas. Esa gente paso años en ese sitio. Cada vez que pasaba por allí veía como se había convertido en unos ranchos de concreto.

El 27 de  feb de 1989 tuvimos noticias de una situación que pudimos ver por los canales de televisión. Mucha gente de los barrios populares estaba saqueando negocios de todo tipo. Ese día era todo un agite. Quedábamos sorprendidos de ver que no se hacía algo. Que esperaban para dar la orden de aplicar correctivos. El día 28 de febrero mi unidad amaneció con cauchos que la gente estaba quemando a unos metros del portalón de la unidad. Llame al Comandante de la Infantería de Marina pidiéndole autorización para actuar y eliminar esos focos de provocación. Me dijo que negativo, que aún no habían ordenado aplicar el Plan Ávila que se usaba para custodiar zonas neurálgicas de la zona y control de motines. 

Pasaban las horas y nada que llegaba la orden. Mientras tantos quedábamos sorprendidos como por los canales de televisión aparecían imágenes de los saqueos y nadie actuaba. Por fin en la noche del 28 de febrero llego la orden de actuar y proceder aplicar el Plan Ávila. Inmediatamente se ordenó un toque de queda a las 8 pm hasta las 6 am del día siguiente hasta nueva orden. 

Se procedió a eliminar los cauchos incendiados, se estableció seguridad en los puntos críticos como bombas, supermercados, CANTV y áreas sensibles. De noche salían las patrullas a verificar el cumplimiento del toque de queda. Cada oficial que efectuaba su recorrido me informaba novedades y yo llamaba a COMIM para mantenerlo informado. 

Una noche me llego un Alférez de Navío para informarme que habían detenido a un ciudadano que se encontraba sin camisa cambiando un caucho. Se procedió a detenerlo y el oficial me manifestó que el ciudadano, de manera altanera, le grito diciendo que él era una autoridad del Estado y no podían detenerlo. Enfrento al oficial y el sargento le dio un culatazo. Inmediatamente se le ordeno que se fuera a su casa.

Al día siguiente llego a mi oficina el Comandante de Apoyo de la IM, quien era superior mío en el Agrupamiento que tenía sede de cuatro unidades. Entro acompañado de un joven que se identificó como Director de Tránsito y me manifestó que había sido golpeado y ofendido por un oficial. El Comandante de Apoyo me dijo: Torres hay que sancionar a ese oficial, me limite a decirle que yo haría las averiguaciones correspondientes y le informaría de inmediato. Cuando el Director de Transito se fue le dije al Capitán de Navío: mi Capitán yo conozco ese caso desde anoche y ya le había informado al COMIM, ese señor le falto el respeto al oficial, estaba sin camisa violando el toque de queda e intento amenazar al oficial y el sargento le dio un culatazo. Así que al oficial no se le puede sancionar porque ese Director de Transito debió ser detenido. El Capitán de Navío no estuvo de acuerdo con mi explicación y me exigió que sancionara al oficial. Le dije, déjeme hablar con el COMIM y que decida el que haremos. Por supuesto, COMIM me dio el apoyo y el oficial no fue sancionado.

En otra oportunidad,  todo el fin de semana ocurrió sin novedad, el día lunes me llega una familia donde una señora me informa que el día domingo un oficial había penetrado a su casa, acompañado de varios infantes de marina, y habían registrado toda la casa y que su esposo se había arrodillado ante ese oficial, llorando y suplicándole que no le hiciera nada a él y su familia. Además me dijo que en la requisa les habían robado 700 bs. Que todo se había originado porque su esposo le había ofrecido cerveza a uno de los infantes de guardia. Yo estaba sorprendido, les pregunte que donde Vivian y me dijeron que en los bloques frente al aeropuerto de Maiquetía. Les dije que iniciaría una investigación y que tuvieran la seguridad que yo les informaría los resultados.

Inmediatamente llame al oficial que había estado de guardia en esa área y lo interrogue. Le pregunte si hubo novedades el día domingo y me dijo que ninguna. Le dije, si hubo, retírate y cuando estés dispuesto a hablar, regresas. Después de varios minutos, regreso. Me dijo: mi Comandante hubo una novedad con un ciudadano que le ofreció cerveza a uno de mis infantes, yo me moleste muchísimo y le fui a reclamar al apartamento donde vivía. Le pregunte: ese ciudadano se arrodillo y te pidió que no le hicieras nada a su familia? Estaban sus hijitas llorando? Me dijo que sí. Sabes que se perdieron 700 bs en esa casa? Me dijo que no sabía, que eso era mentira. Bueno, le dije, como tú no me informaste esa novedad, debo entender que sabias que no habías actuado bien y por eso me lo ocultaste. Cometiste un gran abuso y esta noche TÚ y YO vamos a ir a esa casa, vas a pedirle perdón a esa familia y le entregaras los 700 bs que ellos dicen que se extraviaron. El oficial me dijo que él creía que no debería hacer eso. Yo le dije, en este momento salgo a informarle esta novedad al COMIM y al regresar me dices si aún mantienes tu negativa a hacer lo que te dije. Tú decides. Si te niegas a hacerlo, esta novedad subirá a otro nivel y no sé qué pasara contigo. Dicho y hecho, fui a la oficina de COMIM, le informe lo sucedido, le dije que iría con el oficial a esa casa y me dijo que estaba bien, que lo mantuviera informado.

Al regresar a la unidad el oficial me informo que cumpliría la orden que le di y a las 7 pm estábamos llegando al apartamento de la familia. El marido estaba muy nervioso, el oficial se disculpó y entrego el dinero que supuestamente habían extraído. Le dije al esposo que aprendiera la experiencia vivida y no se le ocurriera de nuevo ofrecer bebidas alcohólicas a un centinela de guardia porque debieron de haberlo detenido y llevado a la policía.

A ese oficial nunca se le olvidara la lección que le di. No sé si me lo agradece o si me tiene bronca por lo que le ordene hacer. Pienso que hice lo correcto y salve el buen nombre de mi institución porque ella no es responsable de lo que uno de sus integrantes haga.

El resto de los días se cumplieron sin novedad hasta el fin de la misión. 

De regreso no nos imaginábamos que meses después deberíamos cumplir una misión muy delicada: la toma de los puestos policiales de Vargas por la huelga de los policías metropolitanos.



domingo, 3 de julio de 2016

LA UNIDAD TACTICA DE COMBATE SIMON BOLIVAR. UN COMANDO QUE DURO TRES AÑOS Y MEDIO.

LA UNIDAD TACTICA DE COMBATE SIMON BOLIVAR. UN COMANDO QUE DURO TRES AÑOS Y MEDIO.

Esta vivencia la he dividido en tres capítulos.

Capítulo 1. Inicio de la gestión y desplazamiento hacia la frontera sur del país.
Capítulo 2. El Caracazo.
Capítulo 3. La Toma de las sedes de la Policía Metropolitana.

VIVENCIAS DE UN INFANTE DE MARINA
Inicio de la gestión y desplazamiento hacia la frontera sur del país.
Capítulo 1
En Diciembre de 1986 finalizaba el Curso XXX de Comando y Estado Mayor en la Escuela Superior de Guerra Naval y salíamos de vacaciones navideñas hasta mediados del mes de enero de 1987, ver foto mas abajo. El comando superior me designo para ocupar el cargo de Segundo Comandante de la Unidad de Táctica de Combate Simón Bolívar, unidad primogénita y elite de la Infantería de Marina, ubicada en Maiquetía, Estado Vargas.

Ocupe ese cargo hasta agosto de ese año y releve al CN EDDY RAMIREZ POVEDA, ya como comandante y la experiencia adquirida durante los meses como Segundo Comandante me sentí seguro de mi nuevo cargo.


Recién iniciado mi comando llego la orden para que dos de mis compañías fueran destacadas hacia la frontera sur del país. Una iría a la ciudad de Puerto Ayacucho, Edo Amazonas, de manera permanente y seria el comienzo de lo que en el futuro cercano se convertiría en la UTACRIPI Unidad Táctica de Combate Ribereño Piar y la otra compañía seria destacada en las vecindades de la población La Victoria del Estado Apure, formando el Puesto Naval Rio Arauca Internacional, cuya misión seria brindar seguridad a las 6 dragas del Instituto Nacional de Canalizaciones quienes ejecutaban el dragado del Rio Arauca, en el cual se había producido una fuga de agua que penetraba a Colombia y donde la mayor parte del caudal del rio se iba hacia ese país. Es lo que se llamaba Fuga de Bayonero. Las dragas sacaban arena del rio y la vertían hacia el lado de Venezuela ya que en época de lluvia y por ser nosotros aguas abajo se producían severas inundaciones. Con esta canalización se buscaba controlar al rio en su cauce normal y minimizar las inundaciones. Otro trabajo que se ejecutaba era reducir la boca de la Fuga de Bayonero para llevarlo a un tamaño tal donde se reduciría grandemente la cantidad de agua que se iba a Colombia y reducía severamente el caudal del rio y la posibilidad que llegara a secarse. Estos trabajos se hacían con presupuesto venezolano. Colombia permitió los trabajos pero se negó a cancelar el costo de la obra. Ellos se beneficiaban con la fuga del caudal del rio hacia sus tierras interiores.
Esta unidad confrontaba el problema que al estar en frontera, en el lado colombiano operaban las FARC y el ELN, grupos guerrilleros narcotraficantes, que continuamente atacaban las unidades militares venezolanas porque nosotros impedíamos su entrada al país cuando ellos huían de las persecuciones de las fuerzas armadas colombianas.
Cada 45 días se debía relevar esta compañía con otra de mi unidad táctica. Se desplazaban en autobuses de turismo y al llegar de regreso a la UTACBO salían de permiso especial por 15 días.

Eso hacía de mi comando una situación siugeneris y en extremo peligroso porque yo era responsable de lo que ocurriera en esas unidades destacadas a más de 800 kms de su sede natural. Yo mismo me obligaba a llevarles su sueldo mensual para así pasar revista y ver en qué condiciones se encontraban. Me iba en un vuelo de PDVSA hasta Guadualito, cerca quedaba el Apostadero Naval Tomas Vega, en el pueblo El Amparo y desde allí me trasladaban en un jeep hasta la población La Victoria donde una lancha me llevaba hasta el Puesto Naval PNRAI. Pernoctaba una noche y al día siguiente regresaba de la misma forma como vine y en avión volábamos de nuevo a Maiquetía. Como Comandante de unidad era un gran riesgo ser capturado o atacado por algún grupo guerrillero. Se imaginaran que la cosa no era tan fácil. Esa unidad fue atacada por grupos guerrilleros y en una oportunidad, bajo engaño y contraviniendo órdenes de no hacer amistad con los civiles de la zona porque habían muchos guerrilleros que andaban fingiendo ser pescadores, el sargento encargado del puesto hizo amistad con unos lancheros que pasaban por la zona y una tarde le ofrecieron unos pescados. Cuando se estaban acercando, abrieron fuego y asesinaron al jefe del puesto con la suerte que los demás infantes reaccionaron según lo acordado y los guerrilleros se dieron a la fuga.

En otra oportunidad, el sargento de la draga se lanzó al rio para bañarse y no salió. Aparentemente  había caído en un remolino del rio y quedo atrapado. Apareció al tercer día, muy comido por los peces.

El tercer hecho doloroso fue el de un infante de marina que parece no aguanto la presión y la responsabilidad de estar en una zona tan peligrosa y una tarde se fue a la cocina y se suicidó disparándose un tiro en la cabeza.

Como verán, tres hechos muy dolorosos de personal militar que conocía y a quienes me correspondió entregar a sus familiares en una urna metálica. Una responsabilidad muy grande pero como dice el dicho que cuando ingresamos a la carrera de las armas, debemos entender que estas situaciones pueden ocurrir.

De esa experiencia mis hombres se sentían muy orgullosos de arriesgar su vida en la frontera sur de Venezuela y por ellos los empecé a llamar LOS GUERREROS DE LA UTACBO. Muchos infantes, entre ellos mi conductor y mi ordenanza me pedían que los enviara con una de las compañías a prestar servicio por 45 días y así llegar orgullosos de haber estado en esas zonas. Quien no iba se sentía menos que los demás y los llamaban: asimilados. 

Estas comisiones duraron año y medio, después de ese tiempo el Comando Superior decidió crear dos unidades tácticas en la frontera. Una la UTACRIPI como ya les dije, en Puerto Ayacucho y la otra en El Amparo, Edo Apure llamada Unidad Táctica de Combate Ribereña Páez.

Finalizaba para mí una vivencia por demás arriesgada y complicada.

Ya lograda la integridad de mi unidad de combate en su sede original, pasamos a efectuar las actividades propias de una unidad de infantería de marina como son las operaciones anfibias y tareas asignadas por el Ministerio de la Defensa como eran la entrega de los libros y uniformes escolares, la instrucción pre militar a los liceos y los planes de contingencia del Estado Vargas.
A partir de allí, con todos mis oficiales y tropa pudimos llevar a cabo una gestión de comando muy productiva y gratificante.
Otra experiencia muy positiva fue coordinar con mis compañeros de promoción, comandantes de buques transportes, que iban cada cierto tiempo a la ciudad de Miami a traer mercancías para los comisariatos, para que embarcaran a los infantes de marina que eran los mejores calificados en sus respectivas compañías. Eran 10 los infantes premiados y eso elevo a millón el espíritu de cuerpo, las disciplina y la moral de mi gente. A bordo trabajaban en diversas labores y cuando llegaban a puerto salían francos. Las narraciones de sus experiencias a sus compañeros al regreso, hacia que aumentara la eficiencia de mi unidad disminuyendo la deserción y los retardos de franquía.

Otra medida que tome fue eliminar el trote a la 5 y 30 am. Yo siempre había considerado que todo oficial de infantería de marina tenía que acostumbrarse a trotar a horas más inclementes que el suave trote del amanecer. Si usted corre al mediodía, el día que tenga que hacer un desembarco en la madrugada será pan comido. Otra razón que no justificaba era que mis oficiales, suboficiales y sargentos casados se tuvieran que levantar en sus casas a las 4 am y tomar carros por puesto para llegar a sus unidades con el consiguiente riesgo de ser asaltados y perder su arma de reglamento. El asunto fue que me tuve que enfrentar al Jefe de Operaciones del Comando de la Infantería de Marina quien se negaba a aceptar mi propuesta, pero al explicarle mi situación al Comandante de la Infantería de Marina (COMIM) VA ESCOBAR OCHOA, quien ya había sido comandante de mi unidad y conocía esta situación, me ordeno que siempre y cuando se cumpliera el programa de adiestramiento, procediera.

A comienzos del año 1990 asumí el riesgo de ser evaluado por el personal profesional, sargentos y tropa de mi unidad. Lo consulte con el COMIM y dijo dale pero es un riesgo. Le dije que los resultados serían de mi propio conocimiento. Recordé la experiencia que tuve con el Curso Naval de la ENV en 1982. Prepare una encuesta con 55 preguntas donde tenían que responder marcando con una X y no se identificarían. Llame primero a los 22 oficiales, luego a los 8 SOPC, después a los sargentos y por ultimo a un grupo de clases e infantes. No podía hacerlo para todos pero los escogidos fueron seleccionados por los comandantes de pelotón. El resultado para mí fue altamente satisfactorio. Si tenía que resaltar algo negativo fue que muchos consideraban que “el comandante aconseja demasiado”, “el comandante habla demasiado” y “el comandante regaña mucho”.

Esas eran parte de mis preguntas, muchas otras eran: Invitarías al comandante a tu casa, seguirías su ejemplo, irías a la guerra con él, su familia es tu ejemplo, se preocupa por tus problemas, te aconseja, le contarías un problema personal, te resuelve tus problemas y así muchas cosas que se me ocurrieron y que como solo yo sabría los resultados pues viví esa experiencia. Le comente lo ocurrido al COMIM y me dijo: muy pocos se atreverían a hacer eso en su unidad.

Como un detalle a destacar fue un sub oficial que en su planilla coloco todo lo contrario a lo que yo esperaba. Me alarme, dije: tengo un enemigo en la unidad. Por descarte llegue a uno de quien no esperaba esas respuestas pero lo llame y le dije: eres mi enemigo? Y me dijo: no mi comandante, lo que pasa es que cuando hice la encuesta usted había designado a otro compañero para el curso de sanidad que yo quería y eso me molesto mucho.

Bueno, hasta aquí llevo esta narración. En los capítulos 2 y 3 narrare dos acontecimientos que marcaron mi gestión de mando: EL CARACAZO y LA TOMA DE LOS PUESTOS DE LA POLICIA METROPOLITANA por la huelga que estos habían iniciado en Caracas.

sábado, 4 de junio de 2016

27 DE NOVIEMBRE DE 1992. OTRO GOLPE DE ESTADO

VIVENCIAS DE UN INFANTE DE MARINA

27 DE NOVIEMBRE DE 1992. SEGUNDO GOLPE DE ESTADO. 

27 DE NOVIEMBRE DE 1992. SEGUNDO GOLPE DE ESTADO

Para finales de julio de 1992, ya estaba próximo mi cambio de comando del Regimiento de la Guardia de Honor. Ya habíamos vivido el golpe de estado del 4 de febrero y una mañana recibí una llamada del Comandante de la Infantería de Marina (COMIM). Me informaba que pensaba proponerme para el cargo de Comandante del Comando Fluvial Ribereño Juan Risques Irribarren en Puerto Ayacucho, Estado Amazonas. Después de algunas preguntas de rigor y sobre otros cargos disponibles, le manifesté que lo llamaría en media hora. No voy a negar que soy de los que he pensado, que hay ciertos cargos en la frontera donde se había creado la imagen que para alla iban oficiales problemáticos o a quienes no se les encontraba cargos en la organización. Viniendo de la Casa Militar pues tenía todas las razones del mundo para así pensarlo.

Pues bien, hice una sola llamada. Llame a mi señora y le dije, me están ofreciendo el cargo de Comandante Fluvial Ribereño en Puerto Ayacucho, que piensas?, Nos vamos? Mis hijos estaban almorzando y escuche cuando ella les pregunto: Quieren que nos vayamos a vivir cerca del Rio Orinoco? Y ellos gritaron: SIIIIIIIII. Y le repregunte y tú que piensas? Me dijo: Dale.
Pues bien, llame al COMIM y le dije que aceptaba el cargo. Yo sabía que podía hablar con el Jefe de la Casa Militar y buscar otro cargo pero sentí que esa experiencia sería interesante para mi carrera.

A comienzos de Agosto de 1992 me presente a Puerto Ayacucho a recibirle el cargo al recién ascendido CA EDDY RAMIREZ POVEDA. Buen augurio, estaba en frontera y ascendió a Almirante. Entonces no es tan mala la cosa, me dije.

Ya instalado en mi cargo hice la evaluación del área de jurisdicción de ese Comando. Comprendía todo el estado Amazonas con puestos fluviales en San Carlos de Rio Negro, San Fernando de Atabapo y Puerto Ayacucho. También lo integraban en el estado Apure los puestos fluviales: Cararabo y Puerto Paez en el rio Meta y en el rio Arauca: El Amparo y Puesto Naval Rio Arauca Internacional (PNRAI) cuyo trabajo más importante era apoyar a las dragas que ejecutaban los trabajos que impedían que dicho rio se saliera de su cauce por la fuga de Bayonero y penetrara en Colombia.

Todos esos puestos que enumere estaban a orillas de los ríos Orinoco, Negro, Arauca y Meta, fronterizos con Colombia.

Un área muy extensa con muchas limitaciones para poder supervisarla y con el problema de la guerrilla de la FARC, el narcotráfico, el abigeato, el contrabando y demás problemas.

A mi orden tenía dos batallones Fluviales, uno en puerto Ayacucho y otro en el Amparo.

Pues bien, de antemano sabía que la supervisión y control de las unidades del Estado Apure iba a ser muy difícil. Apoyo aéreo, mensaje, teléfono y radio eran los medios disponibles.

A los dos meses de ejercer mi comando se me presenta el oficial de logística para decirme que ya había pasado la temporada de lluvias y no había forma de llevar combustible al puesto de Cararabo, el cual siempre se llevaba en gabarra. Le pregunte, ahhhh y a dos meses de estar aquí tú me vas a decir que no tenemos como llevar combustible. Pues tomas un camión cisterna, dos jeeps y TU mismo llevas el combustible al puesto. Me informo que aún no estaban secos los terrenos adyacentes al rio y ordene que saliera. A los dos días me llama que estaba accidentado porque las ruedas de la cisterna se habían enterrado en el fango. Le envié otro oficial, con apoyo y lograron cumplir la meta. No puedo negar que tuve una gran preocupación porque la guerrilla operaba en la zona y a Dios gracias no ocurrió algo. Mi primera ingrata experiencia.

Las visitas de inspección a los puestos alejados las hacía con los aviones Casa de nuestra Aviación Naval. Verdaderos caballitos de batalla del aire sin los cuales sería muy difícil apoyar esos puestos. Les llevábamos la comida, insumos médicos, técnicos en refrigeración y electricidad, los sueldos y cualquier otra necesidad.

En una oportunidad recibimos la visita de inspección del Sub Inspector de las FF.AA.NN. CA GRUBER ODREMAN. Venía a realizar una encuesta sobre la situación en las Fuerzas Armadas antes los hechos ocurridos el 4 de febrero. Era un análisis sobre que pensaba la oficialidad al respecto. En otras oportunidades venia en forma particular a visitar amistades que tenía en la ciudad. Como gesto de cortesía, le facilitaba mi oficina y dormitorio para que se alojara. Allí tendría seguridad y mejores comodidades. Recordemos que Puerto Ayacucho queda frente a la población de Casuarito, Colombia y en esta merodeaban los guerrilleros y un secuestro a una autoridad de ese nivel sería un escándalo mayúsculo.

En octubre de 1992 se dio una de esas visitas. Para mi sorpresa, un día domingo mi conductor me lleva la prensa a mi casa y le pregunto que si había alguna novedad en el Comando. Me informa que el CA GRUBER ODREMAN estaba reunido con todos los oficiales y suboficiales del Comando. El comandante del batallón los había reunido en mi oficina a su solicitud.

Inmediatamente me cambie de ropa y me presente a mi unidad. Entre con cierta muestra de molestia y ante el saludo de rigor me quede escuchando de qué se hablaba. Luego el CA GRUBER O. me manifestó sus disculpas por no haberme informado sobre la reunión y en verdad, lo allí hablado no fue algo que pudiera hacerme pensar que algo grave ocurría. Estaba lejos de pensar que un mes después repetiría el calvario de vivir otro GOLPE DE ESTADO. Quien si no se salvó de una buena reprimenda fue el comandante de batallón por actuar sin solicitar el debido permiso. Hasta allí, las aguas volvieron a su cauce.

Un día, el fatídico 27 de noviembre, recibo una llamada desde Caracas a las 5 am de mi hermana Beatriz. Me dice muy alarmada: Ruben hay un golpe de estado, le digo, Beatriz tú me llamas a esta hora para preguntarme eso y me dice, no te lo pregunto, pon la televisión y cuando la enciendo me encuentro con los tres maleantes dirigidos por el de la camisita rosada dando su arenga por televisión.

Inmediatamente me uniforme y me dispuse salir para mi comando, antes llame al Comandante del Destacamento de la Guardia Nacional, mi amigo personal, y le dije, cámbiate de ropa, hay un golpe de estado, ve a tu unidad, ordena rol de defensa, acuartela a tu gente y solo nos comunicaremos tu y yo. No me mandes a ningún miembro de tu unidad porque les daremos plomo. Le dije: avisaremos de esto a la Brigada del Ejército cuando estemos listos y preparados en nuestras unidades. La Brigada del Ejército tenía varios oficiales que habían participado en los sucesos del 4 de febrero.

Cuando recibí la llamada del Comandante de la GN y estábamos listos en rol de defensa, llame a mi compañero Coronel Velásquez Rojas, Jefe del Estado Mayor de la Brigada, ya que el General Comandante de la Brigada se encontraba en reunión de Comandantes de Guarnición en el Ministerio de la Defensa, en Caracas.

Lo llame y le dije: compañero hay un golpe de estado en marcha, procede asumir el comando de tu unidad y verifica que los oficiales del 4 de febrero no te hayan tomado el Comando y estes preso. En 15 minutos me avisas si tienes el control, de lo contrario pensare que te tienen detenido. Le dije que el destacamento de la GN ya estaba en rol de defensa.

Al cabo de unos minutos me llamo y me dijo que los oficiales alzados el 4 de febrero no estaban en la unidad y no se sabía el paradero de ellos. Le dije: no me mandes oficiales de tu comando a mi unidad porque no los dejare pasar. Hablemos directamente nosotros. Así lo hicimos.

Empezamos a seguir los eventos por televisión y para mayor estupor veo a oficiales de la Armada como cabecillas del golpe. A eso del mediodía el Comandante del Destacamento de la GN me llama para decirme que el gobernador estaba desesperado y que quería hablar conmigo y con él. Le dije, conversemos, me cito a un sitio y cuando llegue les dije, que hacemos aquí, porque no estamos en la Gobernación y porque no se citó al Ejército. Les manifesté que no estaba de acuerdo con esa reunión, que el día de mañana se sabría y no podía aceptar que se pensara que habíamos sido desleales con ellos. Se suspendió y le dije al Gobernador que cuando el General, Comandante de la Guarnición llegara de Caracas esa tarde, le avisaríamos para reunirnos.

En la tarde fuimos avisados que unos pilotos de helicópteros Súper Puma del Ejercito venían huyendo y aterrizarían en Puerto Ayacucho, se tomó el aeropuerto y al aterrizar fueron detenidos. El Comando de la Guarnición solicito que los llevaran detenidos a mi Comando y me negué. Les dije que eran oficiales del Ejército y ellos deberían tomar el asunto en sus manos.

En la tarde reflexione sobre lo sucedido, de las implicaciones que podía tener el hecho que se supiera que el CA GRUBER se alojaba en mi comando y utilizaba mi teléfono. Inmediatamente recordé la reunión que había ocurrido en el mes octubre, reuní a todos los oficiales y suboficiales y les dije que si alguno estaba participando en ese golpe de estado, que hablara ahora mismo, repregunte sobre la reunión de octubre y todos manifestaron lealtad a la democracia. Acto seguido se retiraron y me quede con el Comandante de Batallón y le exigí que me dijera si él estaba metido en el complot, que si quería contar con mi apoyo me dijera la verdad. Me manifestó que el CA GRUBER O. le había hablado que había que hacer algo en las Fuerzas Armadas, que no se podía seguir en esa situación de corrupción y que me tanteara para ver si yo pensaba lo mismo, cosa que nunca hizo. Pienso que mi llegada sorpresiva a mi unidad, aquel día, hizo que las cosas no llegaran a mayores. Inmediatamente me dirigí al Comando de la Guarnición y puse al tanto de lo acontecido al General de Brigada.

Hasta aquí la narración de los acontecimientos del 27 de noviembre de 1992. No hubo detenidos en esa Guarnición.

Meses despues fui informado por el Comandante General de la Armada que seria enviado a efectuar el Curso de Defensa Continental en el Colegio de Defensa Interamericano en la ciudad de Washington, USA.

Comprobe, que no siempre, estar en la frontera es malo.


sábado, 21 de mayo de 2016

REGRESO A LAS TRADICIONES. ENV CAPITULO 1

EL REGRESO A LAS TRADICIONES. ESCUELA NAVAL DE VENEZUELA. CAPITULO 1
VIVENCIAS DE UN INFANTE DE MARINA
EL REGRESO A LAS TRADICIONES.
CAPITULO 1

Recuerdo que navegando en el buque escuela BE-11 Simon Bolivar, en su primera travesia del crucero de instruccion efectuado por oficiales recien graduados de la promocion CA JOSÉ EUGENIO HERNÁNDEZ año 1981 y cuyas vivencias relatare en otra entrega, al finalizar dicha travesia, me presente al Comandante de la Infanteria de Marina, quien me habia designado para esa comision que duraria tres meses.

Le informe algunas novedades sobre la mala imagen y hasta burlas que se hacia a unos oficiales que habian escogido la especialidad de infanteria de marina.. Esto ocasiono algunas discusiones con colegas de la flota y en defensa de esos noveles oficiales.

El Comandante de la Infanteria de Marina al escuchar mis observaciones decidio transferirme a la Escuela Naval de Venezuela como Comandante del Curso Naval de la promocion CA JOSÉ RAMÓN YEPEZ quienes se graduarian en el año 1982.
Al llegar a la ENV, me presente al Jefe del Cuerpo de Cadetes CN Saul Chacin Sanchez excelente oficial de la flota y quien venia de desempeñar el cargo de Comandante del Buque Escuela Simon Bolivar y con quien hice la travesia del primer crucero de instruccion.

Al dia siguiente se hizo mi presentacion ante el cuerpo de cadetes y mi primera sorpresa fue: Donde esta el Curso Naval? Donde estaban los guardiamarinas.? No pude integrarme al batallon de cadetes y me tuve que colocar al lado del Cmdte como si fuese un ayudante personal.

Al finalizar el acto, le pregunte la razon del porque el Curso Naval no formaba aparte, a la cabeza del batallon de cadetes como habia sido siempre. Me dijo que al llegar a la ENV habia sido informado que ese era un plan piloto implementado en todas la escuelas militares y no solo eso, ademas de integrados al batallon, comian con el curso general y dormian en los mismos sollados que el resto de los cadetes. Esto lo aguante dos dias, le dije al Comandante del Cuerpo de Cadetes que yo no cumplia ninguna funcion en la ENV y que se debia evaluar esa situacion. Para mi sorpresa, el Jefe de Instruccion Militar y algunos oficiales comandantes de compañia estaban de acuerdo con esa situacion, Les pregunte si ellos habian olvidado su condicion de guardiamarinas cuando fueron cadetes pero mantuvieron su posicion. 


Gracias a dios, el CN Chacin Sanchez era un oficial que no imponia sus decisiones, por el contrario, las consultaba y en algunos casos hacia votaciones para luego tomar su decision y cuando la tomaba, no daba marcha atras.
En una oportunidad en que vi que una votacion podia estar a mi favor, solicite ante el Cmdte una reunion de los oficiales del Cuerpo de Cadetes para tomar una decision sobre la situacion del Curso Naval. Afortunadamente logre la mayoria y salimos de alli, directamente a ordenar formacion del batallon de cadetes.

Siendo yo, en orden de antiguedad, el tercero, ordene al cmdte de la primera compañia el desalojo inmediato de la segunda planta del primer edificio de cadetes, a todos los guardiamarinas a que recogieran su equipaje y pasaran a la planta baja de dicho edificio, mande a buscar un separador de madera que dividia la segunda planta del resto del curso general que formaba la primera compañia, aun estaba en el area de transporte de la ENV, ordene a un grupo de guardiamarinas ir al comedor y arreglarlo de manera tal que la mesa del curso naval encabezara el sitio y di dos horas para que se cumplieran dichas ordenes. Encontre algun intento de resistencia por parte de los comandantes de compañia pero ya la orden estaba dada.

A la formacion de cena, el curso Naval ya formaba a la cabecera del Batallon, los brigadieres eran los comandantes de pelotones y designe algunos guardiamarinas para que fuesen los comandantes de compañia.
Cenaron en su sitio de honor en el comedor y durmieron en el sollado del Curso Naval.

Hasta aqui narro la experiencia de mi primera semana en la ENV.


4 DE FEBRERO DE 1992. GOLPE DE ESTADO

VIVENCIAS DE UN INFANTE DE MARINA
REGIMIENTO GUARDIA DE HONOR, CASA MILITAR Y 4 FEB1992
CAPITULO 2      4 de Febrero de 1992 Golpe de Estado


En julio de 1991, siendo Capitán de Navío,  fui transferido al Regimiento Guardia de Honor como segundo Comandante. Era un compromiso muy serio porque esa unidad elite tiene el compromiso de dar la seguridad al Sr Presidente de la Republica y sus familiares inmediatos.

Le recibí el cargo al CN Vidal Arturo Briceño Arguello quien fue el primer oficial naval en ocupar ese cargo. Para el momento en que llego al REGIHONOR, ya había sido transferido a la Armada.

Durante los primeros seis meses no hubo eventos importantes que resaltar, la rutina era la normal y todas las guardias, comisiones, tareas y eventos se cumplían de acuerdo a la normativa establecida.
En el mes de diciembre recibí un presente de la pareja presidencial, mi mayor sorpresa fue ver que la tarjeta que acompañaba dicho obsequio se leía: Carlos Andrés Pérez, Cecilia Matos y sus hijas. Esto me causó indignación y coraje porque yo sabía que en La Casona habitaba la Sra. Blanca de Pérez y yo no tenía por qué estar involucrado en estos asuntos familiares del Presidente de la Republica.
Pasada esta situación, continuamos con nuestro trabajo habitual

El 3 de febrero de 1992 transcurrió como un día más, en la tarde se asignaron las comisiones que brindarían custodia al Sr Presidente de la Republica a su llegada de Davos, Suiza. A las 8 pm le informe al Comandante del Regimiento que me retiraría a mi hogar.

A eso de las 11 y 15 pm recibí una llamada por el teléfono interministerial que debería de presentarme al Regimiento por instrucciones del Jefe de la Casa Militar. Este teléfono era instalado en las residencias de los Ministros, Comandantes de Fuerza y altas autoridades de la Casa Militar. Nos daban una guía telefónica. Ordene que el chofer y escolta de mi vehículo vinieran de inmediato a buscarme. Yo había dejado mi vehículo particular en el regimiento. Mi señora me preparo un café y juntos escuchamos unas sirenas que sonaban con insistencia hacia la zona de La Carlota.

Viendo que el chofer no llegaba, llame de nuevo y me dijeron que habían ordenado rol de defensa inmediata y que no se sabía que pasaba. Se presumía que habían atacado o disparado a La casona. Llame al Comandante de Regimiento y nadie atendía el teléfono. Cuando llegaron el chofer y el escolta me dijeron que cuando venían por la autopista, a la altura del CCCT, había militares que estaban desviando el tránsito hacia Altamira, motivo por el cual tuvieron que desviarse a la Cota Mil y eso fue lo que les retardo. No supieron explicarme que pasaba en el regimiento.

Viendo que la autopista estaba cerrada, le ordene que tomara la Avenida Rio de Janeiro y en el puente Veracruz empalmamos con la autopista del Este. Tomamos la Av. Bolívar, pasamos por debajo de la Torres del Centro Simón Bolívar y seguimos hacia Puente Republica. Me llamo la atención ver que todo el Palacio de Miraflores y sus alrededores estaban completamente oscuros. No observe los guardias de honor. Cuando cruce hacia el Palacio vi a mano izquierda tres tanques blindados. Seguimos y a unos 50 metros veo tres tanquetas, cada una atravesada a la entrada del Palacio de Miraflores, Palacio Blanco y Regimiento Guardia de Honor.

Tremenda sorpresa, pensé: esto es un golpe de estado. Inmediatamente un grupo de soldados paracaidistas nos apuntaron con sus fusiles y nos preguntaron que hacia dónde íbamos. Los GH estaban de civil y yo en mono deportivo, nos ordenaron devolvernos y cumplimos la orden. Tomamos ruta hacia el Silencio y me pregunte: Que hago? Lo único que me vino a la mente fue presentarme a la Comandancia General de la Armada, informarles lo que sucedía y pedir apoyo.
Cuando llegamos, la CGA estaba completamente oscura y rodeada por soldados paracaidistas. Bordeamos hacia Clínica Caracas para ver si podíamos dirigirnos hacia la Cota Mil pero estaba bloqueado. Seguimos hacia San Bernandino y buscamos ruta hacia la autopista Cota Mil para ir hacia mi casa.

Al llegar empecé a efectuar llamadas por el teléfono ministerial y nadie atendía los teléfonos. Como a la 1 am logre comunicarme con la ayudantía del regimiento y el Comandante me ordeno que estableciera puesto de Comando alterno, que todos los oficiales se comunicarían conmigo para recibir instrucciones y nos informarían cuando deberíamos presentarnos a la unidad. El Coronel Marín Gómez logro ingresar al regimiento como a las 11 y 45 pm.

A eso de la 2 am logre comunicarme por el teléfono ministerial y hable con el Comandante de Logística CA Díaz Tarazón y me informo que había en marcha un intento de golpe de estado y que la mayoría del alto mando naval se encontraban en la casa del Comandante General.
A eso de las 2 y 15 am recibí llamada de un mayor GN quien me informaba que el expresidente Arístides de Haití, quien había sido depuesto y se encontraba alojado en la residencia presidencial de La Viñeta, en Los Próceres, estaba muy asustado y me pedía permiso para llevarlo a la EFOFAC. Le dije que negativo, que no sabíamos si la GN estaba o no involucrada en el golpe de estado. Le ordene que trasladara al expresidente a mi casa si no recibía alguna contraorden y dudaba que hacer.

A las 3 am recibí llamada del comando del regimiento donde me ordenaban presentarme a la unidad e informar a los oficiales que se habían reportado para que hicieran lo mismo.
Ante el miedo que sentían el chofer y el escolta, decidí manejar el carro, tome la autopista Francisco Fajardo y a la altura de La Carlota, desde el aeropuerto nos dispararon a los carros y autobuses que por allí transitábamos. Fue un momento de mucha tensión.

Al llegar al palacio de Miraflores observe que no estaban los tanques y en su lugar había tres vehículos antimotines. Un guardia de honor me identifico y nos cedió el paso.
Dentro del regimiento se encontraban rendidos 92 soldados paracaidistas con sus tres oficiales al mando del Cap.(Ej.) Ronald Blanco La Cruz a quien conocía porque había navegado en el primer crucero de instrucción del Buque Escuela Simón Bolívar.
Se les dio un trato humano, desayunaron y se les envió detenidos a Fuerte Tiuna.

Una de las grandes fallas que se había observado era que la unidad no había practicado el rol de defensa. Se conocía pero por expresas instrucciones del Presidente de la Republica no quería movimientos de tropa ni soldados que alteraran o asustaran al personal civil que laboraba en el Palacio. Sobre la marcha tuvimos que efectuar las prácticas y por momentos hubo muchas alertas de contragolpes que nos tenían en una constante zozobra.

Se iniciaron las investigaciones y cuál es mi sorpresa cuando me informan que según el libro de visitantes, Hugo Chávez Frías me había visitado en el mes de noviembre de 1991. Agarre un gran disgusto y le pregunte al sub oficial que montaba guardia de portalón ese día que como era eso de que yo había recibido esa visita. Resulta que dos compañeros de Chávez quienes estaban destacados en el Regimiento lo acompañaron y le informaron al guardia de portalón que me venía a visitar. Es cierto y recordé que hacía tres meses que esos dos compañeros habían llevado a un TCnel pero ni siquiera lo hice pasar a mi oficina, le hable en el pasillo, lo salude y me retire a conversar con el comandante del regimiento. Estos dos compañeros de Chávez estaban involucrados en el golpe y razón tenía el Jefe de la CASAMIL en sacarlos a todos porque esa promoción estaba en el golpe.

Semanas después supe por un teniente del ejército, que esa visita era para contactarme y ver si podía unirme a la primera intentona que se supone iban a realizar el 10 de diciembre, día de la Fuerza Aérea. Esto último lo considere un rumor sin fundamento porque yo no conocía a Chávez y si me hubiera propuesto algo indebido, la historia hubiera cambiado porque saldría preso de mi oficina.
Días después todo era un hervidero en el Regimiento y en la Casa Militar. Se sospechaba de todo el mundo, en especial de algunos oficiales del Ejército del arma de Artillería. Ya se sabía que el día 3 de febrero, cuando llegaba el Presidente de la Republica del exterior, un capitán del ejército se presentó al Director de la Academia Militar, su suegro, informando que esa noche habría un golpe de estado, que detendrían al Presidente en el aeropuerto o en el túnel de la autopista Caracas La Guaira. Esta información llego al Comando del Ejército, a MINDEFENSA y hasta la Casa Militar. De haber sabido que esta información estaba al conocimiento de tantas autoridades, lo lógico hubiese sido ordenar acuartelamiento general. Por eso el Jefe de la Casa Militar estaba muy molesto. Algo se sabía, algo se rumoraba y nadie le informo que eso estaba sucediendo. Ni siquiera cuando arribo al país con el Presidente. Eso generaba muchas sospechas. Cuento esto porque lo viví. Hasta ahora me he limitado a escribir mi vivencia.

Para el 8 de febrero fui citado a una reunión con el jefe de la CASAMIL. Asistíamos el Cmte. del Regimiento, edecanes y escolta civil. El CA Carratu Molina nos informa que el Presidente había ordenado que asistiría a un acto público en Guatire con motivo al aniversario del nacimiento de Don Rómulo Betancourt. Sería el 12 de febrero y el jefe de la seguridad seria YO. La perlita que me informan era que había un grupo de seguridad que había llegado de un país X y nadie sabía quiénes eran. Imagínese usted amigo lector. Tremenda responsabilidad.

Bueno, le reclame al Comandante del Regimiento que él debía de haber sido designado  a esa comisión pero entendí que el Jefe Casamil quería gente de la Armada para cumplir esta actividad. Me lleve a casi todo el regimiento porque me dije que no iba a comandar ni un pelotón, ni una compañía, ni un batallón. Que si querían al segundo comandante del regimiento, pues me llevaría al regimiento en pleno. Había soldados por doquier. Todo transcurrió sin novedad y para los navales que conocemos al CA Carratu sabemos que es persona de poco hablar pero cuando se embarcó en el helicóptero, junto al Presidente, me llamo por radio y solamente me dijo: BZ. Eso para los marinos es: Felicitaciones y viniendo de el, era un gran reconocimiento.

La rutina siguió sin novedad y para el mes de julio ocurrieron los cambios de comando en Casa Militar y el Regimiento. El Presidente de la Republica nos brindó una cena y el primer mandatario no sabía quién era yo. Una muestra de que cuando se cumple con el deber uno no tiene que andar buscando reconocimientos de los Jefes. Yo cuide de su seguridad pero el Presidente no sabía quién se la brindaba y no tenía por qué saberlo.

MISION CUMPLIDA.


REGIMIENTO GUARDIA DE HONOR. CASA MILITAR Y 4 DE FEBRERO DE 1992. CAPITULO 1 REGIHONOR

VIVENCIAS DE UN INFANTE DE MARINA

REGIMIENTO GUARDIA DE HONOR, CASA MILITAR Y 4 FEB1992

CAPITULO 1  Regimiento Guardia de Honor (REGIHONOR)



La primera vez que visite el Palacio de Miraflores fue a comienzos de junio de 1972 cuando el entonces CA Manuel Díaz Ugueto, Jefe de la Casa Militar del Dr. Rafael Caldera invito a un grupo del Alféreces y Guardiamarinas, que habíamos ocupado los primeros y segundos lugares en nuestras promociones, a un almuerzo y entrevista con el Sr Presidente de la Republica.


Habiendo ocupado el primer lugar en el orden de mérito de mi promoción,  asistí con mi compañero Manuel Itriago Rodríguez quien ocupó el segundo lugar.
Aquí les dejo una toma fotográfica que registra este momento importante para el inicio de mi carrera naval.

Mi primera visita al REGIHONOR fue en agosto de 1972, a mes y medio de mi graduación. Fui invitado por el TN Alonso Mago Tovar, quien era oficial de planta de esa unidad, a un evento social que se llevaba a cabo en una de las unidades. Allí conocí al CC Francisco Rene  Ponce Lugo. Conocer el regimiento se convirtió en un deseo que puede añorar cualquier oficial de ocupar un cargo en esa unidad elite de la FAN.

Ambas experiencias fueron el preludio de lo que se convertiría en una realidad cuando en diciembre de 1976 fui llamado por el comandante de la Unidad Táctica Miranda, para informarme que en enero de 1977 debería presentarme a ocupar cargo en el REGIHONOR. Se cumplía un sueño. El segundo comandante me dijo: Torres Leal tenga en cuenta una cosa, cuando uno está combatiendo las guerrillas, nadie se acuerda de uno pero cuando está en una unidad como el REGIHONOR, le llevan la cuenta de las horas, minutos y segundos para recordarle a los jefes que debe ser cambiado. Así que aproveche el tiempo que trabaje en ese regimiento porque eso será muy importante para su carrera.

Recién llegado a la Unidad, como Teniente de Fragata, después del bautizo de rigor, fui destacado a la compañía de reemplazos y enviado a Barquisimeto para escoger al nuevo contingente de guardias de honor y esos se convertirían en mi nuevo pelotón. 

Cumplida la misión, a los 2 meses de estar en la unidad, un día miércoles, después de la película, la cual se prolongó más de lo previsto, el jefe de la guardia ordeno retiro de la visita y pasar a los dormitorios. No hubo formación nocturna. Al día siguiente se detectó que un aspirante de mi pelotón se había fugado, supuestamente se había ido junto a la visita. Mi primera ingrata experiencia. Decisión del Comandante del Regimiento: El teniente no sale franco hasta que llegue el aspirante. Ante este hecho y la incertidumbre que tenía me dije: bueno y yo voy a estar aquí arrestado hasta que ese recluta le dé la gana de regresar?. Revise el expediente del aspirante y leí que había una dirección de un familiar en los bloques del 23 de enero. Envié a un auxiliar de instrucción y este me trajo una dirección en Maracay donde se creía que podía estar el aspirante. 

Al día siguiente solicite permiso para ir en mi carro a Maracay y ver si encontraba al nuevo ese. Cuando llegamos a la dirección que nos habían dado, los familiares nos dijeron que un tío había llevado al aspirante al Comando de la Guarnición. Allá me presente, me lo entregaron y llegue al REGIHONOR. Me le presente al Jefe de la Guardia y este a su vez me llevo ante el Cmdt. del regimiento y al informarle la novedad, me felicito en público, me puso de ejemplo y convertí una falla del servicio en una victoria.

En otra oportunidad, ya siendo oficial del Batallón de Seguridad que brindaba guardia al Palacio de Miraflores, estaba como Oficial de portalón y detuve un carro que ingresaba hacia el Palacio. Exigí que se bajaran los vidrios para ver quien venía en el interior del vehículo y de repente veo que un edecán viene corriendo hacia mí y me dice que deje pasar ese carro, que si estaba loco, que en ese carro venia la novia del Presidente de la Republica: CECILIA MATOS. Y yo me pregunte: la novia? Y qué papel juega aquí la primera Dama. Pues bueno. Aprendí la lección. No le vi la cara a la Sra. Matos pero su nombre no lo olvidaría.

Mi segunda experiencia fue cuando cumplía guardia de “Edecansito de Guardia”, así la llamábamos porque cuando el Presidente de la Republica no estaba en el Palacio, un oficial debía estar en la antesala, en el escritorio de los edecanes, para brindar seguridad y controlar el acceso de cualquier persona o atender una llamada telefónica. Pues bien, un día cualquiera se presenta el CF Héctor Jurado Toro, edecán por la Armada con un amigo común, después de los saludos de rigor, el edecán le mostro la antesala y se excusó por no mostrarle el despacho presidencial porque estaba cerrado. Pues el metiche de mi persona, le dije al edecán que yo tenía la llave del despacho y si él autorizaba, yo la podía abrir. Pues no quedó más remedio, el CF Jurado autorizo que se abriera y sin pisar la oficina presidencial, desde la puerta, nuestro amigo común vio ese sitio enigmático y que nosotros los tenientes, recorríamos, junto a las demás oficinas y sitios privados del Presidente en las revistas de seguridad.

Como a las dos horas fui llamado por el Sub Jefe de la Casa Militar CN Diofante Torrealba Chaparro y me pregunta que hacia yo en el despacho del Presidente de la Republica. Con enorme sorpresa le dije que eso era falso, que yo no había entrado a ese sitio, inmediatamente recordé la visita de la tarde y le dije: Ahhhh no mi Capitán, lo que paso fue que el Capitán Jurado Toro, me interrumpe y me dice: ahhh allí estaba Jurado Toro, retírese, le digo: pero déjeme que le explique, retírese insistió.

No había pasado ni 15 minutos cuando me llama el CF Jurado Toro y me dice: que le dijo usted al CN Torrealba? Le respondí que no me dejo que le explicara nada. Me tranco el teléfono y como a los 20 minutos me vuelve a llamar el sub jefe CASAMIL y me dice: mire, yo lo voy a sancionar con una amonestación porque si el jefe de la Casa Militar se entera que usted abrió el despacho presidencial, lo va a arrestar y lo transfiere a la Fuerza, retírese. Pues de allí salí creyendo que mi carrera estaba arruinada, ya pensaba yo que tanto desear trabajar allí para que luego me botaran sin yo tener culpa alguna.
Ya pasadas unas dos horas, se me acerca el ayudante del Jefe de la CASAMIL y me saluda, con aprecio, porque éramos amigos y me ve la cara de preocupado y me pregunta: Que te pasa Marino, yo era el único oficial naval en el REGIHONOR, le cuento lo que me paso y me dice: No te preocupes, le respondo: como que no me preocupe si me van a mandar a la Fuerza. Se va y como a la hora  me dice: abre el bolsillo del uniforme, yo hable con el General y me mete un sobre. Cuando entrego la guardia, me voy al camarote y abrí la comunicación. De su lectura, prácticamente yo era lo peor del mundo y me amonestaban severamente. Destruí ese oficio, lo hice picadillo y lo envié a la poceta. Segunda gran lección: Cierra la boca cuando no te han

 pedido opinión.

Mi estadía en el REGIHONOR fue una gran escuela. Tuve la oportunidad de recorrer todo el país donde el Presidente de la Republica visitaba o inauguraba obras. Llegábamos a hospedarnos en cuarteles o  buenos hoteles, comíamos bien pero la responsabilidad porque todo saliera bien era nuestro mayor objetivo. 

Viví la experiencia de la campaña presidencial donde el Dr. Luis Herrera gana la Presidencia y en marzo del 79 asume la Presidencia. La llegada de nuevas autoridades brindaba un sabor extraño porque se pensaba que a uno le podían etiquetar  alguna inclinación política, cosa que si sucedía con el personal civil, pero en esa época no se le etiquetaba a nadie con el partido que ganara la elección y por ello continuamos ejerciendo los cargos. Solo cambiaron a los más altos niveles del Regimiento y de la Casa Militar.

Estuve 30 meses en esa gran unidad, hasta Agosto de 1979, cuando fui transferido de nuevo a mi Infantería de Marina.

De nuevo, en el año 1983, siendo Capitán de Corbeta, en el último año de la presidencia del Dr. Luis Herrera volví a ser enviado a ocupar el cargo de Director de Inteligencia de la CASAMIL. Interesante experiencia porque se conocen muchos detalles de la seguridad presidencial. Viví allí de nuevo, la  campaña presidencial del año 1983 donde gana la Presidencia el Dr. Jaime Lusinchi y me ratifican en el cargo porque las nuevas autoridades de la Casa Militar los conocía cuando éramos plazas del regimiento Guardia de Honor en la Presidencia de Carlos Andrés Pérez.







Desde ese agosto 1984, cuando soy transferido a la Armada, no sabré de la Casa Militar ni del REGIHONOR hasta julio de 1991 cuando soy enviado con el cargo de Segundo Comandante del Regimiento de la Guardia de Honor y se acercan los eventos del 4 de Febrero de 1992, los cuales narrare en el segundo capítulo.



EL REGRESO A LAS TRADICIONES. CAPITULO 2 y FINAL

VIVENCIAS DE UN INFANTE DE MARINA

EL REGRESO A LAS TRADICIONES

CAPITULO 2 y final


Una vez logrado el objetivo de tener a todo el Curso Naval de la forma como tradicionalmente había sido, di inicio a mi gestión como Comandante. Fue una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida.

Con el apoyo del GMM Sánchez Molina y de los GMA Bellera Aguilar, Palacios Luna y Saúl Schwarz Santoni, todo mi trabajo se hizo mucho más fácil.

Formamos un excelente equipo y todo fluía con rapidez, tuve un curso naval muy motivado y sabían que podían contar con mi apoyo. Yo llegue a comandarlos a mitad de año porque como les dije, el segundo semestre de 1981 estuve navegando en el Buque Escuela Simón Bolívar. Pensaba que sería difícil para los guardiamarinas adaptarse a un nuevo comandante a 6 meses de su graduación.
En febrero, para las vacaciones de carnaval, me encuentro que los cadetes no podían vestirse de civil durante el asueto. Imagínense ustedes. Yo, como cadete de primer año en 1969, salí de vacaciones con mi permiso para vestirme de civil y 13 años después no podían. Un retroceso imperdonable. 

No me preocupe en buscar las razones. Ordene al secretario hacer los permisos con la respectiva autorización para vestirse de civil. Me fui a la oficina del Jefe de Cuerpo para que procediera a la firma de los 56 permisos y cuando iba por la mitad se dio cuenta del gazapo que le metí y me dijo: Como es esto de permiso para vestirse de civil?. Le dije, mi Comandante estos muchachos serán oficiales en 6 meses, vamos a darle ese permiso para que se aprendan a vestir y no anden por allí con pantalones a rayas y camisa a cuadros como payasos, además le servirá de estímulo para el resto del batallón de cadetes. Lo pensó y sentí que la firmo a regañadientes porque le dije que los secretarios ya se habían marchado. Salí con mis permisos como si fuese otro guardiamarina más. 

Para Semana Santa hubo intento de impedirlo pero le dije, mi Comandante son 10 días de vacaciones y esos muchachos no tienen suficientes uniformes. Vamos a provocar que infrinjan el reglamento y a pocos meses de su graduación, cometan falta por vestirse de civil. Segundo triunfo.

En otra oportunidad preparamos una encuesta con una lista de 60 preguntas y entre ellas había algunas como: Con cual compañero irías a la guerra?. A quien no invitarías a tu casa, Quien es el más leal, Quien es el más falso, Quien se copia mas, Quien es el más inteligente, Quien es el más intrigante, quien es el faltón y así por el estilo. Solo podían poner el nombre de un compañero para cada pregunta. En la encuesta no se identificaba al que la hizo. Luego el GMM y los 3 GMA se encerraron en un cuarto y me prepararon un cuadro con las respuestas totales  y en reunión del Curso Naval les dije a todos: Aquí están los resultados, unos van a salir muy contentos y otros muy molestos. Pero es bueno que como cadetes sepan lo que piensan sus compañeros de ustedes y puedan hacer correctivos a sus vidas. Fue una experiencia sensacional. Lamento no saber el destino de esa encuesta. No sé si fue destruida porque era para consumo nuestro.

En otra oportunidad les dije que yo me imaginaba que algunos guardiamarinas tenían novias en la ENV. Este curso naval era el último con puros hombres. En Tercer año estaban las primeras mujeres como cadetes femeninas. Tenía mucha ilusión de comandar ese nuevo Curso Naval. Pues bien, dada la confianza que me tenían, se me fueron presentando uno a uno los guardiamarinas que tenían novia, me dijeron quiénes eran y como hacían para pasar desapercibidos y como se comunicaban. De haber habido mujeres cuando yo era cadete, seguro que yo también hubiera tenido novia.

Pues bien, como a los quince días de esa información, el Jefe de Instrucción Militar solicito una reunión de oficiales ante el Cmdt. del Cuerpo de Cadetes y manifestó que había una falta grave, que había guardiamarinas con novia dentro del batallón de cadetes y que eso merecía una sanción ejemplar. Pedí derecho de palabra y les dije que yo sabía quiénes eran esos guardiamarinas y cuáles eran las novias, que se lo podía manifestar y que eso lo estaba controlando yo. El Jefe de Cuerpo dijo: El Cmdt. de Curso Naval tiene eso bajo su control. Se suspende la reunión.  

Faltando dos meses para la graduación les dije a los guardiamarinas que quería hacer una reunión con mi esposa y sus novias, preparamos una cena o con pasapalos en un restaurante del Hotel Paseo Las Mercedes, no sé si era de algún familiar de uno de los guardiamarinas. Ellos fueron uniformados de numero 1 y pasamos una noche muy especial. Di permiso para que al finalizar, los que se quisieran ir lo pudieran hacer. Viendo que ninguno se iba le pregunte al GMM que pasaba y me dijo, en confianza, que algunos guardiamarinas habían venido en carros manejados por ellos y no querían que yo los viera. Bueno, pues entonces el primero en irse fui yo.

Ya graduados los muchachos, me iba a preparar para recibir al nuevo Curso Naval. El Director de la ENV me mando a citar a su oficina y me dijo, palabras más, palabras menos: Torres Leal sabemos el excelente trabajo que usted hizo con el Curso Naval y el ascendiente que usted tuvo con ellos pero tuvimos un problema, que de los 56 guardiamarinas que se graduarían, 51 querían escoger su especialidad que era la Infantería de Marina y como usted entenderá, la ENV forma oficiales, mayoritariamente, para la Flota y no podemos continuar con la influencia que usted ejerce sobre ellos. Hemos decidido transferirlo a la IM. Yo le respondí, respeto su decisión mi Almirante pero me hubiese gustado que se escogieran excelentes oficiales de la flota, que los hay y ejerciéramos una influencia positiva y general entre y hacia todos los cadetes.  Me dijo que me entendía pero que sería excelentemente calificado y sin problemas.

Solo estuve 7 meses en mi amada ENV.




EL REGRESO A LAS TRADICIONES. ESCUELA NAVAL DE VENEZUELA. CAPITULO 1

VIVENCIAS DE UN INFANTE DE MARINA
EL REGRESO A LAS TRADICIONES.
CAPITULO 1
Recuerdo que navegando en el buque escuela BE-11 Simon Bolivar, en su primera travesia del crucero de instruccion efectuado por oficiales recien graduados de la promocion CA JOSÉ EUGENIO HERNÁNDEZ año 1981 y cuyas vivencias relatare en otra entrega, al finalizar dicha travesia, me presente al Comandante de la Infanteria de Marina, quien me habia designado para esa comision que duraria tres meses.
Le informe algunas novedades sobre la mala imagen y hasta burlas que se hacia a unos oficiales que habian escogido la especialidad de infanteria de marina.. Esto ocasiono algunas discusiones con colegas de la flota y en defensa de esos noveles oficiales.
El Comandante de la Infanteria de Marina al escuchar mis observaciones decidio transferirme a la Escuela Naval de Venezuela como Comandante del Curso Naval de la promocion CA JOSÉ RAMÓN YEPEZ quienes se graduarian en el año 1982.
Al llegar a la ENV, me presente al Jefe del Cuerpo de Cadetes CN Saul Chacin Sanchez excelente oficial de la flota y quien venia de desempeñar el cargo de Comandante del Buque Escuela Simon Bolivar y con quien hice la travesia del primer crucero de instruccion.
Al dia siguiente se hizo mi presentacion ante el cuerpo de cadetes y mi primera sorpresa fue: Donde esta el Curso Naval? Donde estaban los guardiamarinas.? No pude integrarme al batallon de cadetes y me tuve que colocar al lado del Cmdte como si fuese un ayudante personal.
Al finalizar el acto, le pregunte la razon del porque el Curso Naval no formaba aparte, a la cabeza del batallon de cadetes como habia sido siempre. Me dijo que al llegar a la ENV habia sido informado que ese era un plan piloto implementado en todas la escuelas militares y no solo eso, ademas de integrados al batallon, comian con el curso general y dormian en los mismos sollados que el resto de los cadetes. Esto lo aguante dos dias, le dije al Comandante del Cuerpo de Cadetes que yo no cumplia ninguna funcion en la ENV y que se debia evaluar esa situacion. Para mi sorpresa, el Jefe de Instruccion Militar y algunos oficiales comandantes de compañia estaban de acuerdo con esa situacion, Les pregunte si ellos habian olvidado su condicion de guardiamarinas cuando fueron cadetes pero mantuvieron su posicion.
Gracias a dios, el CN Chacin Sanchez era un oficial que no imponia sus decisiones, por el contrario, las consultaba y en algunos casos hacia votaciones para luego tomar su decision y cuando la tomaba, no daba marcha atras.
En una oportunidad en que vi que una votacion podia estar a mi favor, solicite ante el Cmdte una reunion de los oficiales del Cuerpo de Cadetes para tomar una decision sobre la situacion del Curso Naval. Afortunadamente logre la mayoria y salimos de alli, directamente a ordenar formacion del batallon de cadetes.
Siendo yo, en orden de antiguedad, el tercero, ordene al cmdte de la primera compañia el desalojo inmediato de la segunda planta del primer edificio de cadetes, a todos los guardiamarinas a que recogieran su equipaje y pasaran a la planta baja de dicho edificio, mande a buscar un separador de madera que dividia la segunda planta del resto del curso general que formaba la primera compañia, aun estaba en el area de transporte de la ENV, ordene a un grupo de guardiamarinas ir al comedor y arreglarlo de manera tal que la mesa del curso naval encabezara el sitio y di dos horas para que se cumplieran dichas ordenes. Encontre algun intento de resistencia por parte de los comandantes de compañia pero ya la orden estaba dada.
A la formacion de cena, el curso Naval ya formaba a la cabecera del Batallon, los brigadieres eran los comandantes de pelotones y designe algunos guardiamarinas para que fuesen los comandantes de compañia.
Cenaron en su sitio de honor en el comedor y durmieron en el sollado del Curso Naval.
Hasta aqui narro la experiencia de mi primera semana en la ENV.