VIVENCIAS DE UN INFANTE DE MARINA
27 DE NOVIEMBRE DE 1992. SEGUNDO GOLPE DE ESTADO.
27 DE NOVIEMBRE DE 1992. SEGUNDO GOLPE DE ESTADO
Para finales de julio de 1992, ya estaba próximo mi cambio
de comando del Regimiento de la Guardia de Honor. Ya habíamos vivido el golpe de estado del 4 de febrero y una mañana
recibí una llamada del Comandante de la Infantería de Marina (COMIM). Me
informaba que pensaba proponerme para el cargo de Comandante del Comando
Fluvial Ribereño Juan Risques Irribarren en Puerto Ayacucho, Estado Amazonas. Después
de algunas preguntas de rigor y sobre otros cargos disponibles, le manifesté
que lo llamaría en media hora. No voy a negar que soy de los que he pensado, que
hay ciertos cargos en la frontera donde se había creado la imagen que para alla iban oficiales problemáticos o a quienes no se les encontraba cargos en la organización.
Viniendo de la Casa Militar pues tenía todas las razones del mundo para así
pensarlo.
Pues bien, hice una sola llamada. Llame a mi señora y le
dije, me están ofreciendo el cargo de Comandante Fluvial Ribereño en Puerto
Ayacucho, que piensas?, Nos vamos? Mis hijos estaban almorzando y escuche
cuando ella les pregunto: Quieren que nos vayamos a vivir cerca del Rio
Orinoco? Y ellos gritaron: SIIIIIIIII. Y le repregunte y tú que piensas? Me
dijo: Dale.
Pues bien, llame al COMIM y le dije que aceptaba el cargo.
Yo sabía que podía hablar con el Jefe de la Casa Militar y buscar otro cargo
pero sentí que esa experiencia sería interesante para mi carrera.
A comienzos de Agosto de 1992 me presente a Puerto Ayacucho
a recibirle el cargo al recién ascendido CA EDDY RAMIREZ POVEDA. Buen augurio,
estaba en frontera y ascendió a Almirante. Entonces no es tan mala la cosa, me
dije.
Ya instalado en mi cargo hice la evaluación del área
de jurisdicción de ese Comando. Comprendía todo el estado Amazonas con puestos
fluviales en San Carlos de Rio Negro, San Fernando de Atabapo y Puerto Ayacucho. También lo integraban en el estado Apure los puestos
fluviales: Cararabo y Puerto Paez en el rio Meta y en el rio Arauca: El Amparo y Puesto Naval Rio Arauca Internacional
(PNRAI) cuyo trabajo más importante era apoyar a las dragas que ejecutaban los
trabajos que impedían que dicho rio se saliera de su cauce por la fuga de
Bayonero y penetrara en Colombia.
Todos esos puestos que enumere estaban a orillas de los ríos
Orinoco, Negro, Arauca y Meta, fronterizos con Colombia.
Un área muy extensa con muchas limitaciones para poder
supervisarla y con el problema de la guerrilla de la FARC, el narcotráfico, el
abigeato, el contrabando y demás problemas.
A mi orden tenía dos batallones Fluviales, uno en puerto
Ayacucho y otro en el Amparo.
Pues bien, de antemano sabía que la supervisión y control de
las unidades del Estado Apure iba a ser muy difícil. Apoyo aéreo, mensaje, teléfono
y radio eran los medios disponibles.
A los dos meses de ejercer mi comando se me presenta el
oficial de logística para decirme que ya había pasado la temporada de lluvias y
no había forma de llevar combustible al puesto de Cararabo, el cual siempre se
llevaba en gabarra. Le pregunte, ahhhh y a dos meses de estar aquí tú me vas a
decir que no tenemos como llevar combustible. Pues tomas un camión cisterna,
dos jeeps y TU mismo llevas el combustible al puesto. Me informo que aún no estaban
secos los terrenos adyacentes al rio y ordene que saliera. A los dos días me llama
que estaba accidentado porque las ruedas de la cisterna se habían enterrado en
el fango. Le envié otro oficial, con apoyo y lograron cumplir la meta. No puedo
negar que tuve una gran preocupación porque la guerrilla operaba en la zona y a
Dios gracias no ocurrió algo. Mi primera ingrata experiencia.
Las visitas de inspección a los puestos alejados las hacía con
los aviones Casa de nuestra Aviación Naval. Verdaderos caballitos de batalla
del aire sin los cuales sería muy difícil apoyar esos puestos. Les llevábamos la
comida, insumos médicos, técnicos en refrigeración y electricidad, los sueldos
y cualquier otra necesidad.
En una oportunidad recibimos la visita de inspección del Sub
Inspector de las FF.AA.NN. CA GRUBER ODREMAN. Venía a realizar una encuesta
sobre la situación en las Fuerzas Armadas antes los hechos ocurridos el 4 de
febrero. Era un análisis sobre que pensaba la oficialidad al respecto. En otras
oportunidades venia en forma particular a visitar amistades que tenía en la
ciudad. Como gesto de cortesía, le facilitaba mi oficina y dormitorio para que
se alojara. Allí tendría seguridad y mejores comodidades. Recordemos que Puerto
Ayacucho queda frente a la población de Casuarito, Colombia y en esta merodeaban los
guerrilleros y un secuestro a una autoridad de ese nivel sería un escándalo mayúsculo.
En octubre de 1992 se dio una de esas visitas.
Para mi sorpresa, un día domingo mi conductor me lleva la prensa a mi casa y le
pregunto que si había alguna novedad en el Comando. Me informa que el CA GRUBER
ODREMAN estaba reunido con todos los oficiales y suboficiales del Comando. El
comandante del batallón los había reunido en mi oficina a su solicitud.
Inmediatamente me cambie de ropa y me presente a mi unidad.
Entre con cierta muestra de molestia y ante el saludo de rigor me quede
escuchando de qué se hablaba. Luego el CA GRUBER O. me manifestó sus disculpas
por no haberme informado sobre la reunión y en verdad, lo allí hablado no fue algo que pudiera hacerme pensar que algo grave ocurría. Estaba lejos de pensar
que un mes después repetiría el calvario de vivir otro GOLPE DE ESTADO. Quien
si no se salvó de una buena reprimenda fue el comandante de batallón por actuar
sin solicitar el debido permiso. Hasta allí, las aguas volvieron a su cauce.
Un día, el fatídico 27 de noviembre, recibo una llamada
desde Caracas a las 5 am de mi hermana Beatriz. Me dice muy alarmada: Ruben hay
un golpe de estado, le digo, Beatriz tú me llamas a esta hora para preguntarme
eso y me dice, no te lo pregunto, pon la televisión y cuando la enciendo me
encuentro con los tres maleantes dirigidos por el de la camisita rosada dando
su arenga por televisión.
Inmediatamente me uniforme y me dispuse salir para mi
comando, antes llame al Comandante del Destacamento de la Guardia Nacional, mi
amigo personal, y le dije, cámbiate de ropa, hay un golpe de estado, ve a
tu unidad, ordena rol de defensa, acuartela a tu gente y solo nos comunicaremos
tu y yo. No me mandes a ningún miembro de tu unidad porque les daremos plomo.
Le dije: avisaremos de esto a la Brigada del Ejército cuando estemos listos y
preparados en nuestras unidades. La Brigada del Ejército tenía varios oficiales
que habían participado en los sucesos del 4 de febrero.
Cuando recibí la llamada del Comandante de la GN y estábamos
listos en rol de defensa, llame a mi compañero Coronel Velásquez Rojas, Jefe
del Estado Mayor de la Brigada, ya que el General Comandante de la Brigada se
encontraba en reunión de Comandantes de Guarnición en el Ministerio de la
Defensa, en Caracas.
Lo llame y le dije: compañero hay un golpe de estado en
marcha, procede asumir el comando de tu unidad y verifica que los oficiales del
4 de febrero no te hayan tomado el Comando y estes preso. En 15 minutos me avisas si tienes
el control, de lo contrario pensare que te tienen detenido. Le dije que el
destacamento de la GN ya estaba en rol de defensa.
Al cabo de unos minutos me llamo y me dijo que los oficiales
alzados el 4 de febrero no estaban en la unidad y no se sabía el paradero de
ellos. Le dije: no me mandes oficiales de tu comando a mi unidad porque no los
dejare pasar. Hablemos directamente nosotros. Así lo hicimos.
Empezamos a seguir los eventos por televisión y para mayor
estupor veo a oficiales de la Armada como cabecillas del golpe. A eso del mediodía
el Comandante del Destacamento de la GN me llama para decirme que el gobernador
estaba desesperado y que quería hablar conmigo y con él. Le dije, conversemos,
me cito a un sitio y cuando llegue les dije, que hacemos aquí, porque no
estamos en la Gobernación y porque no se citó al Ejército. Les manifesté que no
estaba de acuerdo con esa reunión, que el día de mañana se sabría y no podía aceptar
que se pensara que habíamos sido desleales con ellos. Se suspendió y le dije al
Gobernador que cuando el General, Comandante de la Guarnición llegara de Caracas
esa tarde, le avisaríamos para reunirnos.
En la tarde fuimos avisados que unos pilotos de helicópteros
Súper Puma del Ejercito venían huyendo y aterrizarían en Puerto Ayacucho, se tomó
el aeropuerto y al aterrizar fueron detenidos. El Comando de la Guarnición
solicito que los llevaran detenidos a mi Comando y me negué. Les dije que eran
oficiales del Ejército y ellos deberían tomar el asunto en sus manos.
En la tarde reflexione sobre lo sucedido, de las
implicaciones que podía tener el hecho que se supiera que el CA GRUBER se
alojaba en mi comando y utilizaba mi teléfono. Inmediatamente recordé la reunión
que había ocurrido en el mes octubre, reuní a todos los oficiales y
suboficiales y les dije que si alguno estaba participando en ese golpe de
estado, que hablara ahora mismo, repregunte sobre la reunión de octubre y todos
manifestaron lealtad a la democracia. Acto seguido se retiraron y me quede con
el Comandante de Batallón y le exigí que me dijera si él estaba metido en el
complot, que si quería contar con mi apoyo me dijera la verdad. Me manifestó que
el CA GRUBER O. le había hablado que había que hacer algo en las Fuerzas
Armadas, que no se podía seguir en esa situación de corrupción y que me
tanteara para ver si yo pensaba lo mismo, cosa que nunca hizo. Pienso que mi
llegada sorpresiva a mi unidad, aquel día, hizo que las cosas no llegaran a
mayores. Inmediatamente me dirigí al Comando de la Guarnición y puse al tanto
de lo acontecido al General de Brigada.
Hasta aquí la narración de los acontecimientos del 27 de
noviembre de 1992. No hubo detenidos en esa Guarnición.
Meses despues fui informado por el Comandante General de la Armada que seria enviado a efectuar el Curso de Defensa Continental en el Colegio de Defensa Interamericano en la ciudad de Washington, USA.
Comprobe, que no siempre, estar en la frontera es malo.